domingo, 19 de octubre de 2008

Escorpio.

Por no encontrar pasión en nosotros, caí en Escorpio.
Brindis N°UNO. Tinta propuesta indecente: “para que esto que sentimos crezca…”
En el fuego de dos bocas perdidas caminamos. Pecado, entrega, redención.
Escorpio es una lágrima, dice que todavía la extraña, la busca, la ama.
Lo nuestro es solo una intercesión y en mi círculo comienza a dibujarse un reloj de arena.
Fumo un cigarrillo sentada en la estación. Dejo pasar los trenes mientras pienso en mi destino. Continuidad de los nudos y vuelvo a abrazar mi círculo.
Antropofagia.
Invitación al placer. Una mentira, osadía y llego a Escorpio.
Brindis Nº DOS. “Por la PASION”. Mareo de besos, tus caricias me encienden, tu boca me enloquece, tus manos me pierden, el roce de tu piel me quema.
Apertura, risas, éxtasis, transportación del tiempo…
Embriagarme en tus brazos, conocer tu hemisferio, recorrer tus líneas con mi boca. Eternidad de una noche que no conoce mezquindades.
Es mentira que en invierno las noches sean más largas. Contra la ventana el sol, brutalmente me desconcierta el amanecer.
Deseo y pasión gritan en mi oído.
Escorpio sigue llorando. La ilusión se rompió.
La intercesión crece al encuentro de dos almas.
Y a la distancia, esta noche solo yo,
a la espera del brindis Nº TRES.